
La última ronda del Memorial Aliojin en París (las cuatro restantes se jugarán en San Petersburgo desde el domingo; www.alekhine-memorial.com) confirmó el magnífico tono del torneo hasta ahora, en combatividad, calidad y organización; entre otros resultados, Vachier-Lagrave venció a Svídler, y Anand ganó una partida excelente a Ding Liren. Una de las razones del éxito hasta ahora es que la nómina mezcla a grandes estrellas con jugadores teóricamente muy inferiores, lo que obliga a los primeros a arriesgar frente a sus teóricas víctimas, y eso aumenta el espíritu de lucha general. Esta partida es un ejemplo muy brillante. Laurent Fressinet, cuyo puesto lógico sería el último, borra del tablero al 3º del mundo. Leer el artículo completo en El País
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