
La única mujer colombiana con el máximo título del juego ciencia, destapa el tablero de su vida.
Pronunciar su nombre es fácil, pero escribirlo, puede ser no tan obvio: Nadya, con y, y Karolina con K. La primera consonante ‘extraña’ en la tipografía de su nombre obedece a la admiración de su padre, Jorge Humberto, por Nadya Comaneci, gimnasta olímpica rumana. La segunda, por un capricho y admiración de él mismo a las que él llama ‘las karolinas’, que, en la historia de la humanidad, son símbolo de inteligencia.
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