
No quiso ser jugador profesional en la edad del esplendor, porque prefería cultivar sus árboles frutales en Camaná (Perú). Pero cuando los astros del ajedrez comienzan su declive vino a España para mantener a su familia en Salamanca ganando torneos. Su enorme talento está bien reflejado por James Alvis en el libro Joyas Ajedrecísticas de Julio Granda. Ahora, a los 46 años, ha triunfado en el campeonato continental
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