
Fiel a la tradición, la Federación Internacional de Ajedrez se ha saltado sus propias normas para adjudicar la organización del Mundial a la ciudad india de Chenai, directamente en casa de Anand (quien tiene otra en Collado Mediano). A la FIDE no le ha importado que Noruega y París hubieran presentado sendas candidaturas, que ni siquiera han sido consideradas. El organismo que preside Ilyumzhinov, un tipo que cree que los extraterrestres trajeron el ajedrez a la Tierra, tampoco parece muy preocupado por las quejas de Carlsen. El mundo del ajedrez aún teme que el candidato se niegue a jugar en tierra hostil y se abra un nuevo cisma. Esperemos que no ocurra.
Leer el artículo completo, por Federico Marín Bellón en ABC
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